DERECHOS HUMANOS DE LOS ENFERMOS
MENTALES EN SITUACIÓN DE CALLE
En
México la salud mental es un tema del que se habla entre murmullos. Como si nadie quisiera saber cuántos enfermos
hay; en qué condiciones se encuentran
los que están en situación de calle, los
internados en hospitales psiquiátricos, qué tipo de atención reciben los
encerrados en sus casas como el caso
reciente de las hermanas Ofelia y Francisca Valles Campos “conocieron”
la luz del sol, luego de pasar 30 años cautivas y sin cuidados en una reducida
habitación.
Hoy los derechos humanos comprenden también el
derecho al desarrollo y el derecho al ambiente sano, y se relacionan con el
derecho de las sociedades a vivir en paz; los enfermos mentales también tienen
derechos humanos.
Los
derechos humanos son inherentes a todos
los seres humanos, sin distinción de
nacionalidad, sexo, origen étnico,
color, religión, lengua, o cualquier otra condición.
El
derecho a la igualdad es el derecho de todos los seres humanos a ser iguales en
su dignidad, a ser tratados con respeto y consideración y a participar con base
igualitaria con los demás en cualquier área de la vida civil, cultural,
política, económica y social. Todos los seres humanos son iguales ante la ley y
tienen derecho a una misma protección y garantía.
El
garantizar la efectividad del Derecho a la Igualdad requiere la adopción de
leyes y políticas comprensivas y
suficientemente detalladas y específicas para abarcar las diversas formas y
manifestaciones de la discriminación y de las desventajas.
El
derecho a la no-discriminación es un derecho fundamental y autónomo, subsumido
en el derecho a la igualdad; la discriminación ha de ser prohibida ya sea por
motivos de raza, color, origen étnico, sexo, idioma, religión o creencia,
identidad de género, discapacidad, estado de salud, predisposición genética o
de otro tipo a alguna enfermedad, o por combinación de algunos de estos casos,
o en base a características asociadas con alguno de estos motivos.
Los
enfermos mentales en situación de calle, son aquellos que sufren alteraciones de los procesos cognitivos y
afectivos del desarrollo, consideradas como anormales con respecto al grupo
social de referencia del cual proviene el individuo. Se puede tratar de
alteraciones en el razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la
realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida aunado a que toda su actividad vital y necesidades incluido dormir,
lavarse… lo hacen en la calle. El vivir solo en la calle supone en sí mismo una
condición altamente triste para la mayoría de los que llegan a encontrarse en
esa situación.
En
México, y en el Distrito Federal existe
un grupo vulnerable de personas sin hogar que padecen enfermedades mentales
graves y que no acceden a los servicios sociales y sanitarios en general. El tener alguna enfermedad de este tipo es un
problema agobiante, más común de lo que podemos apreciar, pero la situación se
complica para los que además de sus facultades mentales no cuentan con el
amparo de una familia o la sociedad.
Este
grupo de personas deambula por las calles, portando taparrabos, desnudos,
sucios, con llagas en la piel, con altos grados de desnutrición que los colocan
en serio peligro de muerte, con enfermedades diversas que carcomen sus cuerpos,
casi todos nosotros tenemos una imagen de las personas sin hogar. Casi
universales son las imágenes de un vagabundo con barba y muchas capas de ropa
destrozada, con una botella, con cartones y hurgando en la basura buscando que
comer. Más allá de estas imágenes resulta complejo definir o identificar a las
personas en situación de calle.
Una
vez aclarado el tema afirmaremos que los enfermos mentales están expuestos en
todo el mundo a una amplia gama de violaciones de los derechos humanos. La
estigmatización hace que a menudo sean aislados y no reciban los cuidados que
necesitan. En algunas comunidades son expulsados, abandonados sin comida y semidesnudos
o en harapos, atados y apaleados.
De
acuerdo a la Ley General de salud la prevención y atención de los trastornos mentales
y del comportamiento debe ser de carácter prioritario y se deberá brindarse con
un enfoque comunitario, de reinserción psicosocial y con estricto respeto a los
derechos humanos de los usuarios de estos servicios.
Esta
ley también señala que todos los mexicanos tienen derecho a ser incorporados al
Sistema de Protección Social en Salud de conformidad con el artículo cuarto de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sin importar su
condición social.
Partiendo
de estos supuestos normativos el Gobierno tiene la obligación de respetar, promover y satisfacer
los derechos fundamentales de las personas con trastornos mentales, de acuerdo
con las disposiciones previstas en la ley antes mencionada y de acuerdo a los
tratados internacionales en derechos
humanos.
Concluyo
que en los últimos años, a la asistencia y el tratamiento de los enfermos
mentales en situación de calle no se les ha prestado atención política y
profesional, que los enfermos mentales que andan en situación de abandono en la
vía pública andan en riesgo grave de sufrir daño inmediato o inminente.
Mientras
continuemos viendo en la calle personas que carecen de los elementos más
básicos para poder vivir, decidir y participar de forma activa en la sociedad
y; mientras, la enfermedad mental sea uno de los factores de esta exclusión,
estamos obligados a hacer algo.
Es nuestra responsabilidad como personas y como
defensores de derechos humanos. Los
enfermos mentales sin hogar son un grupo vulnerable son personas que deben de
ser protegidas del abandono, abuso y explotación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario