La democracia
A seis meses del próximo
proceso electoral en nuestro país a realizarse en 2015, se perciben grandes riesgos
para la consolidación de la democracia en México, ya que la democracia no sólo
es ir a votar y ser votado, sino que va más allá de esto, constituye una forma
de vida.
Hoy tenemos un gobierno
que fue electo libremente por los mexicanos mediante el ejercicio pleno de su
voluntad soberana, pero debemos reflexionar con seriedad sobre algunos asuntos
importantes, que forman parte medular de
la democracia real y en los que falta mucho por hacer, para lograr la igualdad
de oportunidades entre todos los habitantes de nuestra nación.
Tal es el caso de
institucionalizar políticas públicas
eficientes y eficaces para lograr el pleno desarrollo de las personas, en aras
de cumplir con sus postulados esenciales: la auténtica igualdad de las personas
ante la ley, la equidad de género, la
atención a los grupos sociales vulnerables, la protección al medio ambiente y
por lo que toca al Estado y su gobierno impulsar con decisión la transparencia
y rendición de cuentas.
El objetivo de estas
breves consideraciones, consiste en identificar los desafíos de la democracia en
México de cara al Proceso Ordinario Electoral Federal y Local 2014 - 2015. Así
como, la relación indisoluble entre
democracia y derechos humanos.
Recordemos que la
democracia es la conditio sine qua non
contemporánea para lograr el desarrollo de las naciones y de las personas,
la articulación del concepto democracia está supeditado esencialmente a que el
gobierno sea elegido por el pueblo, es decir que emane de la voluntad popular. Las elecciones logran conjugar y aglutinar
pacíficamente creencias, sentimientos y pasiones. Para que eso sea
posible, debe exigirse al electorado compromiso con los representantes y a éstos
dedicación, honestidad y transparencia en la actuación política.
Para que la democracia en
México, sea exitosa debe ser de contenido social, político y económico, con
igualdad de oportunidades tanto para hombres como para mujeres, atención para
las minorías, respeto y observancia de los derechos humanos y actuar siempre
con transparencia y rendir cuentas
claras al electorado.
Una democracia que no
respeta los Derechos del Hombre, no merece tildarse como democracia, recordemos
que el 9 de diciembre de 1998 la Asamblea General de las Naciones Unidas,
aprobó la Declaración sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos
y las Instituciones deben Promover y Proteger los Derechos Humanos y las
Libertades Fundamentales Universalmente reconocidas. México aceptó este
compromiso contemplado en 20 Artículos, entre las obligaciones aceptadas, ubicamos lo dispuesto por el Artículo 12,
párrafo 2°:
“El Estado garantizará la protección por las
autoridades a toda violencia, amenaza, represalia, discriminación, negativa
de hecho o de derecho, presión o cualquier otra acción arbitraria resultante
del ejercicio legítimo de los derechos mencionados en la presente
Declaración“.
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La democracia la
construye el pueblo, para determinar el rumbo del país y para que el gobierno emanado de las
urnas propicie mejores condiciones de vida.
Los ciudadanos mexicanos
requerimos con urgencia instituciones y representantes que garanticen la paz y
seguridad, necesitamos leyes efectivas.
No queremos la guerra, no queremos más personas desaparecidas, no
queremos niños y niñas maltratados, no queremos más gente con hambre, queremos
un pueblo educado que pueda defender sus derechos, por el simple hecho de ser
un “ser humano“, es decir que se
respeten y garanticen sus derechos
establecidos en el Artículo 1ª constitucional.
Por ello, los retos a
vencer en las próximas elecciones, es que los partidos políticos respeten la
equidad de género, conforme a lo señalado en el artículo 41 constitucional; que
los candidatos a ocupar cualquier cargo de elección popular, respeten las
normas bajo la cual se rigen los procesos electorales, que los ciudadanos no
solo participen y salgan a emitir su voto.
La participación política
de los ciudadanos y ciudadanas en el proceso electoral 2015, es fundamental
para la vigencia del régimen representativo y la división de poderes, para que en
México haya pluralidad de partidos
políticos en el Congreso y para que tengamos procesos electorales transparentes,
competidos y plurales, con organismos electorales sólidos, como: el Instituto
Nacional Electoral, los organismos públicos locales, y el Tribunal Electoral
del Distrito Federal.
La democracia debe
cumplir con las necesidades básicas de las mexicanas y mexicanos, sin
distinción de raza, credo, ideología, posición económica, etc. Debe respetar
nuestra libertad como ciudadanos y ciudadanas, debe ser la pauta para el
diálogo y la negociación en aras de solucionar cualquier conflicto.
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