martes, 12 de enero de 2010

El valor de la Cooperación

En el mundo actual, el individualismo y el egoísmo motivan a las personas a buscar su bienestar y su felicidad sin tomar en cuenta a los demás. Es por ello que no se reconoce el valor de la cooperación dentro del modelo capitalista.
El ser humano puede aceptar la esencia de su instinto social (zoon politikon) o continuar con su lucha por la supervivencia, que ha convertido innecesariamente en una lucha contra los demás. La existencia de necesidades múltiples y recursos escasos motiva la idea de que es necesario seguir una estrategia individual y competitiva, mientras que la realidad revela lo ineficaz del sentido de individualidad frente a la existencia social del ser humano.
En tal virtud, frente a un mundo competitivo, debemos rescatar el valor de la cooperación como fundamento de la vida social, la sana convivencia, la satisfacción de las necesidades propias, el bienestar y la felicidad, sin que ello implique sacrificar la satisfacción del propio interés en beneficio de una colectividad, por lo tanto, resulta útil reconocer y reivindicar la importancia del valor de la cooperación en nuestro mundo.
Los valores de la cooperación son los del trabajo en equipo, apoyo recíproco, solidaridad, y lealtad, entre otros; valores que se encuentran sumamente desgastados hoy en día.
La importancia y trascendencia del rescate de los valores de la cooperación social radica en el cambio del paradigma en el que actualmente nos desenvolvemos.
La búsqueda inefable de todo ser humano es la felicidad. Todo lo que hoy hacemos tiende siempre a buscar o procurar nuestra propia felicidad. Los medios de comunicación y el sistema de vida actual, confunden el hedonismo, o la satisfacción del placer, con felicidad. Esta aparente “felicidad” está basada en la falsa premisa de la estabilidad y permanencia de las cosas. Tener algo implica siempre la posibilidad de perderlo. Nada es permanente, ni las relaciones, ni las personas, ni las situaciones que vivimos o las cosas que poseemos, por lo tanto todo ello es causa de insatisfacción y no de felicidad.
Mas allá de ello, otras formas de búsqueda de la felicidad consideran que el índice de bienestar de una persona se mide por la posibilidad y capacidad que tiene para enfrentarse a situaciones concretas que se presentan y encararlas de manera efectiva.
De esta forma, la estrategia de cooperación permite al ser humano utilizar los recursos propios y los de otras personas, en la solución efectiva de problemas y por supuesto optimiza el uso de recursos para llegar a fines concretos.
Nadie puede negar la interdependencia que tenemos hoy frente a los demás. Muchas de las cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana, como nuestra comida, trabajo, bienes, servicios como escuelas, hospitales, medicamentos, la tecnología, transporte y todo lo que nos rodea, no podría existir de no ser por el esfuerzo acumulado de un gran número de seres que han conjuntado una serie de acciones a lo largo de la historia para lograr nuestra realidad actual. El esfuerzo de una sola persona, aunque viviera varios siglos (cosa que no ocurre) no alcanzaría para desarrollar ni la milésima parte de lo que hoy en día disfrutamos como beneficio del desarrollo de la cooperación entre las personas a lo largo de varios siglos.
Desde que el ser humano en su vida primitiva decidió que la caza y recolección de frutos eran mas provechosas al realizarse en grupo que de manera individual, también reconoció que esa potencialización de esfuerzos y capacidades llevaba implícito el costo de compartir los beneficios, así como la necesidad de la división del trabajo y la especialización (cada cual según sus capacidades).
No existe la igualdad entre los seres humanos, y por lo tanto no puede esperarse en un esquema cooperativo el desarrollo de actividades iguales por parte de cada miembro de una sociedad o grupo, sin embargo, ello genera entre otras cosas la problemática de cuantificar el nivel de cooperación, para evitar la falta de incentivos en la organización del trabajo cooperativo, que se presenta cuando unos miembros del equipo se ven precisados a “jalar” con su esfuerzo al resto, y cuando algunos precisamente se quedan en la pasividad de la espera para obtener beneficios con el trabajo del resto, sin haberse esforzado lo suficiente.

Les propongo que reflexionemos sobre la importancia de la cooperación en las actividades familiares, en tu colonia, Municipio o Delegación, Estado, País y en cualquier esfuerzo colectivo que genere beneficios para nosotros. No podemos seguir esperando a que las cosas mejoren de manera espontánea, o que otros vengan a componer lo que esta mal. La cooperación es una herramienta fundamental para el cambio de las actuales condiciones de vida en nuestro mundo. Piénsen y actúen. Saludos

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